Con el paso del tiempo, observamos como la piel de nuestro rostro va cambiando en cuanto a su aspecto, su textura o su tonalidad. Es por ello que tendemos a utilizar productos cuyos efectos prometen resultados «casi milagrosos» tipo cosmética coreana (no digo que sean malos pero sólo como complemento) y dedicamos tiempo y dinero a someter la piel de nuestro rostro a todo tipo de tratamientos para devolverles su aspecto más juvenil.
Sin embargo, olvidamos un factor decisivo a la hora de potenciar los efectos de los productos que aplicamos o de la rutina de belleza que seguimos a diario. Se trata del cuidado y la estimulación de la musculatura facial, la parte de nuestro rostro menos visible pero esencial para lucir un aspecto joven, luminoso y terso.
¿Para qué sirve el masaje facial?
El masaje facial es una técnica que consiste en la estimulación de los músculos comenzando desde el cuello y finalizando en la parte de la frente, incidiendo en aquellas zonas más propensas a experimentar flacidez como son las mejillas o los párpados así como la zona inferior del óvalo facial.
Nuestro rostro está formado por más de 50 músculos que son los encargados de darle expresividad. Como cualquier otro músculo del cuerpo tenderá a ofrecer un aspecto flácido si no se ejercita adecuadamente, como consecuencia de malos hábitos y también del paso del tiempo.
De ahí la importancia de dedicar unos minutos al día a trabajarlos y fortalecerlos para que se mantengan en su lugar, y la apariencia externa sea la de un rostro joven y cuidado.
Mediante la estimulación muscular se produce un efecto tonificante progresivo de forma natural. Es un tratamiento de belleza muy sano y efectivo para el cual solamente necesitas tus manos. Además es una técnica fácil que aprenderás en pocas sesiones y que te resultará muy confortable y relajante.
¿Cuáles son los beneficios del masaje facial?
Una vez que hayas incorporado el masaje facial a tu rutina de belleza diaria, comenzarás a experimentar todos los beneficios que aporta al rostro. Solamente debes de acostumbrarte a realizarlo al menos una vez al día, preferentemente por las mañanas y antes de aplicar cualquier producto de belleza.
Al realizar un masaje facial se llevan a cabo cuatro movimientos que son clave: pellizcar, alisar, y presionar. Todo ello con ayuda de tus manos y sin necesidad de recurrir a ningún otro elemento externo. ¿Cómo repercuten estos movimientos en tu rostro?
- Mientras alisas y presionas cuidadosamente la superficie de la cara, el tejido interno se va desplazando suavemente para conseguir un efecto más uniforme y tonificado
- La clave está en alisar siempre de dentro hacia afuera y con movimientos ascendentes, siempre en contra de la gravedad
- Este movimiento es el adecuado para realizar un drenaje linfático que ayuda a eliminar toxinas y a remover el exceso de líquido causante de la hinchazón en la zona de las ojeras
- A la vez que pellizcas suavemente tu piel estás activando la circulación sanguínea, lo cual se traduce en una mayor oxigenación de los tejidos que segregarán mayor cantidad de colágeno. Este será el encargado de redensificar la piel y por tanto reducir la apariencia de las arrugas. La piel luce un aspecto joven y luminoso
- El estrés diario y la tensión emocional suelen ser causas que provocan tensión muscular en la zona de la cara. Esta tensión suele notarse especialmente en el área de la mandíbula y en el entrecejo dando lugar a problemas como migrañas o bruxismo.
- El masaje facial ayuda a relajar los músculos liberando la tensión acumulada. Podrás notar como tu cara tiene un aspecto mucho más descansado y saludable
Técnicas de masajes faciales
Existen diversas técnicas de masaje facial orientadas a tratar problemas específicos o a trabajar de manera más intensa aquellas zonas más problemáticas, incluso es posible disminuir las arrugas naturalmente. En cualquier caso son técnicas sencillas y saludables que mejorarán la salud de la piel en tu rostro.
Algunas de las técnicas más conocidas y efectivas que puede poner en práctica son las siguientes:
Masaje de drenaje linfático
El masaje para realizar un drenaje linfático sirve como tratamiento para drenar toxinas y exceso de líquidos acumulados. El sistema linfático es el encargado de llevar estas sustancias de desecho , formadas por grasa, bacterias y otros residuos que se acumulan en la sangre, hacia los órganos encargados de depurarlas.
Al realizar este masaje en la zona del rostro y del cuello, se activan los nódulos linfáticos que activarán este proceso de depuración. Mediante una presión suave y ordenada en la zona de la frente, parte media y baja de la cara y cuello se desplaza la linfa hacia los ganglios. El rostro se siente desinflamado y sin rastro de acumulación de líquidos.
Desaparecen así los signos de hinchazón bajo los ojos, las ojeras y el aspecto cansado. Es un excelente masaje para desintoxicar, relajar y lucir un aspecto joven y descansado. Puedes ver un vídeo que hice explicando una simple rutina muy efectiva:
Masaje de acupresión
Otro masaje que puedes aplicar en tu rostro es la acupresión, una técnica vinculada a la acupuntura que se centra en la estimulación y presión de puntos específicos de la cara.
La acupresión se basa en el principio del «chi», la energía vital que equilibra el espíritu, la mente y el cuerpo. Un desajuste del «chi» produce desequilibrios a nivel físico y emocional que la acupresión puede ayudar a mitigar.
Para poder llevar a cabo este masaje es importante conocer como se distribuyen los puntos estratégicos que deben de trabajarse en el rostro. Los más habituales para tratar las arrugas o la flacidez se localizan en la zona el entrecejo, las aletas de la nariz, la comisura de los labios, la zona superior del labio, la barbilla, mejillas y mandíbula.
Se trabajan ejerciendo una ligera presión con ayuda de las yemas de los dedos o los nudillos, manteniéndola durante al menos 10 segundos.
Mediante un masaje de acupresión se produce una mejora de la circulación sanguínea que potencia la distribución de oxigeno. La piel luce mucho más descansada, luminosa y saludable.
Masaje Kobido
El masaje Kobido es una técnica japonesa muy apreciada ya que con ella se consigue un efecto lifting facial inmediato. Tiene como principal objetivo conseguir la relación de los músculos faciales, consiguiendo una reoxigenación de la piel del rostro y una mayor producción de colágeno.
Mediante los movimientos que se ejercen con las manos, músculos faciales se relajan evitando los puntos de tensión que provocan la aparición de arrugas. El tejido se trabaja de forma profunda mediante movimientos rápidos pero muy precisos.
El masaje comienza en la parte del cuello realizando movimientos ascendentes. Se utilizan principalmente la yema de los dedos índice y corazón los cuales masajean zonas clave como son el mentón, la mandíbula, el surco nasogeniano, el contorno de los ojos, el entrecejo y la frente.
Desde la primera sesión de este masaje facial tu piel experimentará un proceso de renovación gracias a la estimulación del metabolismo celular. Ayuda a reducir las marcas de cicatrices así como prevenir la arrugas incipientes.
Otro efecto destacado de este masaje intenso es la definición del óvalo facial. Dada la intensidad de esta técnica se realiza entre 2 y 4 veces al mes.
¿Cómo hacerte un automasaje facial sencillo y efectivo?
Drenaje linfático paso a paso
Para que empieces a familiarizarte con el masaje facial y puedas experimentar todos los beneficios que aportará a la salud de tu rostro, te propongo poner en práctica uno de los masajes más efectivos, el cual te llevará poco tiempo pero te permitirá comenzar cada día con un aspecto más luminoso y joven: el drenaje linfático.
Una de las principales virtudes de este masaje es que ayuda a eliminar la retención de líquidos que provoca el efecto de cara hinchada sobre todo a primera hora de la mañana, cuando nos despertamos.
A largo plazo, la activación del sistema circulatorio y linfático permite que la piel se vea beneficiada de un aporte adecuado de oxígeno y nutrientes que mejoran y rejuvenecen su aspecto externo desde el interior.
- El primer paso para comenzar a realizar el drenaje linfático consiste en lavar la cara para retirar las impurezas que se han ido acumulando durante la noche. Posteriormente puedes aplicar un producto de consistencia ligera como por ejemplo agua termal
- Seguidamente comenzamos el masaje en la zona de la frente. Coloca los dedos de ambas manos sobre tu frente y ejerciendo una ligera presión realiza un movimiento alisando hacia los laterales y bajamos hacia los ganglios linfáticos que se ubican en la parte de superior de las clavículas. Repite este movimiento 5 veces
- A continuación, con ayuda del dedo índice contorneamos la zona de los ojos repitiendo el movimiento descendente hacia los ganglios linfáticos. Repite 3 veces
- En el siguiente paso vamos a trabajar la zona media de la cara. Para ello colocamos los dedos pulgares hacia los lados de la mandíbula deslizándolos desde la parte inferior de la barbilla hasta el comienzo de la oreja. Con las manos deslizamos desde ambos lados de la nariz hasta la zona de las orejas cubriendo toda esta parte. Recuerda realizar el movimiento descendente que movilizará la linfa hacia los ganglios. Repite 5 veces
- Finalmente vamos a realizar una estimulación de los ganglios linfáticos por encima de las clavículas. Para ello debemos colocar nuestras manos presionando la zona alta de las clavículas mientras inhalamos y exhalamos. Es al momento de la exhalación cuando debemos presionar esta zona ligeramente. Repite 5 veces
Tras terminar con el drenaje linfático podrás aplicar los siguientes pasos que acostumbres a realizar en tu rutina de belleza de mañana. Como verás, este sencillo masaje apenas te llevará algunos minutos, sin embargo sus efectos tanto a corto como a largo plazo son muy beneficiosos.
Notarás como esta rutina tan placentera ejerce un poderoso efecto en el cuidado y el aspecto de tu piel, consiguiendo un rostro más despierto y rejuvenecido cada mañana.